En esta vivienda hemos querido potenciar vivir en el exterior y aprovechar los meses de clima templado de la ciudad para crear una agradable confusión entre el interior y el exterior a los habitantes.
Los clientes querían una reforma integral que combinase una arquitectura práctica y controlada a la vez que desinhibida y fresca.
Al visitar por primera vez la vivienda enseguida nos dimos cuenta de que nos enfrentábamos a una geometría muy particular, pues se trataba de una vivienda estrecha y alargada articulada a través de un angosto pasillo que carecía de ángulos rectos. En el estudio estudiamos unas reglas de juego que nos permitieran encajar el programa requerido por León y Carmen: una zona nocturna muy compartimentada y una zona diurna amplia y abierta.
El desfile de la Puri surge como resultado de una retícula personalizada cuyas inclinaciones son consecuentes de las existentes. Las nuevas trazas propuestas nos permiten separar la zona de día de la de noche a través del inevitable pasillo pero que en la propuesta deja de ser el lúgubre y angosto pasillo que habíamos conocido. En su lugar, se convierte en un paseo agradable cuya función única ya no es ser meramente recorrido, sino que en él encontramos bolsas de almacenamiento, desahogos, luz natural, obras de arte y los accesos a las diferentes estancias. Todo ello gracias a los ángulos consecuentes de la nueva retícula.
Desdibujar el límite de fachada es el segundo objetivo principal en la intervención arquitectónica. Mientras que la vivienda existente se relacionaba de manera tímida con el exterior, en la nueva propuesta se volcará totalmente a ella, de ahí que se pueda acceder a la terraza desde cada una de las estancias. Esta idea queda potenciada por el uso de la misma pieza cerámica para resolver el pavimento interior y el pavimento exterior. Es aquí cuando surge la idea de ir jugando con las combinaciones cerámicas que van a ir extendiéndose por todas las estancias como si de una alfombra se tratase y nos ayudará a fortalecer en todo momento la geometría que nos ha ayudado a encajar el proyecto.
El color burdeos actúa como hilo conductor de la intervención a lo largo de la vivienda y fueron los propios clientes quienes lo propusieron y expresaron su deseo de integrarlo. Así, la idea de paseo, recorrido o desfile se refuerza: desde el acceso las salpicaduras de burdeos a modo de mobiliario acompañan en el tránsito por la casa, hasta llegar a la isla donde la familia se reúne cada día. Se incorporan también detalles en madera y el color verde en cerámica para equilibrar el color cálido del burdeos tan presente en la casa.